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Algo sobre mí

Cuando estaba aprendiendo a leer, mi padre me regaló un cuento y la promesa de que si lo terminaba me compraría algo precioso. Tenía veinte hojas y no más de dos renglones escritos en cada una, pero enlazar aquellas sílabas me resultó un esfuerzo titánico, tanto que hice trampa y me salté alguna que otra página. Para mi desesperación, el regalo consistió en un libro de relatos cortos y poesías que aún conservo.

Desde muy pequeña fui una lectora voraz, pero más que leer me encantaba inventar historias. Comenzaba muchos cuentos que rara vez  terminaba y todos, sin excepción, acababan en la basura.  A los diez años escribí una redacción que dio la vuelta al colegio. Recuerdo la vergüenza que sentí yendo de aula en aula con mi papelito en la mano. El tema era “el recreo” y yo narré lo que ocurrió en el patio un día de tormenta, nada excepcional. Poco después ganaba el mejor premio que podía imaginar: un lote de libros enorme en un concurso organizado por la antigua editorial Bruguera por asegurar que de mayor deseaba ser escritora. Sin embargo, mi sentido práctico de la vida me llevó a la facultad de ciencias químicas y allí casi dejé de escribir. Mientras estuve en la universidad y hasta que obtuve el doctorado, me dediqué sobre todo a leer.

Fue con la irrupción de las editoriales online cuando me animé a mostrar mis textos en público y durante un tiempo participé en certámenes literarios para conocer mis posibilidades. Y lo que comenzó como una afición para rellenar ratos muertos se ha convertido en  toda una aventura literaria. He ganado unos cuantos premios en concursos de relatos y microrelatos, algunos de los cuales me han producido una enorme satisfacción por la cantidad de participantes que se presentaron. Me gustaría destacar el I Concurso Internacional de Microrrelatos organizado por la Latin Heritage Foundation o el I concurso mundial de microrrelatos de la Internacional Microcuentista, donde competí con cientos de escritores de habla hispana en un género liderado por sudamericanos.

También en trabajos de larga extensión he conseguido algún que otro galardón. Mis novelas “Crónica ministerial en turquesa” y “Las esquinas de mi cabeza” quedaron finalistas en el I certamen de narrativa ALFAR en 2013 y de la editorial LM en 2014 respectivamente, mientras que en 2015 obtuve el primer premio de la editorial Libros Mablaz con mi novela “La galería de los susurros”.

Crear personajes, inventar historias y trascribirlas me divierte tanto que no me puedo imaginar sin hacerlo. Y en cuanto a mis aspiraciones, solo tengo una: que cada novela mía posea una trama mejor urdida y más calidad literaria que la anterior.

 

 

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